¿Te estás preguntando si deberías emprender en solitario o hacerlo con socios?
En este post compartiré experiencias reales, tanto las nuestras como las de otros compañeros de dentro y fuera del gremio de la arquitectura.
Y es que, hace un tiempo, Romina Andrea, me enviaba la siguiente cuestión:
“Muchas veces me pregunto si conviene realmente asociarse con alguien, o si es mejor ser la cabeza del estudio e ir subcontratando colaboradores de manera esporádica. ¿Pueden dos personas llevar un estudio conjuntamente?”
El artículo de hoy es mi respuesta a su pregunta.
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Una historia real: Asociarte con tu mejor amigo de la escuela de arquitectura
Atento a la siguiente historia:
Hace 10 años, dos grandes amigos de la universidad, Armando y Juan, estaban bebiendo alegremente en un bar cuando nació una idea legendaria: montar su propio estudio de arquitectura donde fueran ellos los jefes.
Aunque en ese momento no eran plenamente conscientes de ello, su principal motivación para formar esa unión fue la emoción del momento. Y allá fueron.
Acordaron hacer un reparto de beneficios al 50/50 y se pusieron a trabajar al 200%.
A las pocas semanas, Armando consiguió su primer cliente para el estudio, a la par que Juan cerraba el segundo contrato. En esos inicios, ambos se emplearon a fondo para sacar el trabajo adelante.
En unos pocos meses, llegaron a su proyecto número 19. ¡Era todo un éxito!
Incluso consiguieron 2 alianzas que les suministraban clientes de forma recurrente, suficiente para que ambos obtuvieran suculentos beneficios, lo bastante atractivos como para renunciar a su empleo anterior con el que habían estado compaginando su nueva empresa de arquitectura.
Desafortunadamente, después de dos años, el tiempo que Juan dedicaba al estudio de arquitectura, y la calidad de su trabajo… comenzaron a deteriorarse.
No es que Armando vigilara lo que Juan hacía a cada momento del día, pero se dio cuenta de algo preocupante: por cada cuatro clientes que él conseguía cerrar, Juan traía uno y, a veces, ninguno.
Más tarde, se enteró de que Juan había leído un libro que defendía trabajar 4 horas a la semana. Aunque eso es otra historia.
Para empeorar las cosas, los clientes en los que se centraba Juan, comenzaron a enviar quejas acerca del trato y Armando tuvo que echar horas extra semana tras semana.
Aun así, cada día 30, como un reloj, Juan no faltaba a su cita para llevarse su 50%.
Cuando Armando trató de llamar la atención a Juan acerca de eso, este se puso a la defensiva y aumentaron las tensiones.
Esa confrontación afectó aún más a la concentración y productividad de Juan… incluso transcurrieron varios meses sin que trajera un solo cliente al estudio.
Armando intenta disolver la sociedad y… sí, Juan se resistió.
¿Por qué debería ceder? Al fin y al cabo, estaba gozando del 50% de los beneficios y viviendo cómodamente con el esfuerzo de su compañero.
Armando, finalmente, tuvo que contratar un abogado y buscar una salida legal para aquella encerrona.
Finalmente, unos meses más tarde, la sociedad se disuelve por completo y, junto con ella, los 15 años de amistad de los dos compañeros.
Tu socio es igual a un matrimonio… he aquí el por qué
Me encanta esta analogía: tu socio es como un matrimonio.
¿Estás preparado para comprometerte?
Y lo es porque, después de que la pasión y la lujuria desaparezcan, este debe sobrevivir a base de sinergias, personalidades compatibles y otros atributos complementarios.
Mis primeros contactos e historias de amigos y conocidos con el mundo empresarial fueron todos alianzas, y todos fracasos miserables.
No es que los socios fueran malas personas, pero la forma de trabajo, valores y visiones no eran compatibles.
Recuerdo que, en una ocasión, uno de los compañeros tenía un trabajo normal en otro estudio y, además, era adicto al pádel. Al final, resultó que el negocio era la número cuatro o cinco en su lista de prioridades. ¿Cómo crees que terminó la historia?
También conozco de primera mano la historia de dos arquitectos en la que, uno de los socios, estaba involucrado en cuatro negocios, además de ese. Eso ponía en una situación extrema a la otra persona y a la propia empresa… ya que, en su caso, sí era la prioridad número 1.
¿Ves el problema?
Te animo a ir a cualquier foro sobre emprendimiento, buscar la palabra “socio”… y encontrarás una avalancha de quejas acerca de empresas que se han deteriorado con los años.
Las diferencias pueden surgir por decenas de factores:
- Un socio quiere especializarse, el otro quiere abrir nichos de mercado.
- Un socio quiere financiación, el otro prefiere hacer “bootstrapping”.
- Un socio quiere disfrutar del dinero que están generando, pero aun así llega tarde a la oficina y se va temprano. El otro, se mata a currar y es ahorrativo.
Créeme, un socio es como un matrimonio: más de la mitad de las veces fracasarán porque las dos personas, sencillamente, no eran compatibles en el largo plazo.
Si de verdad necesitas un socio… empieza por aquí
Todo el mundo dice que debes asociarte con personas que tengan habilidades complementarias a las tuyas.
Es decir:
- Si tienes un perfil muy técnico, deberías asociarte con alguien que se le dé bien el marketing.
- Si se te dan muy bien las personas, e incluso podrías venderle hielo a un esquimal, entonces es buena idea buscar un compañero con un perfil más analítico.
- Etc.
Si bien este es un buen punto de partida para encontrar un socio, lo cierto es que no es suficiente. Para mí, es el equivalente a casarte con la persona que te acabas de encontrar en la cola del supermercado simplemente porque tenga los pechos grandes o porque se de un aire con Brad Pitt.
La realidad es que te quedan por descubrir muchas otras características que determinarán el éxito, o el fracaso, de esa unión.
Pero lo dicho, no me parece un mal punto de partida.
A parte de ese, Laura Ribas ha creado un magnífico video donde ella misma te cuenta cómo tomar la decisión correcta acerca de emprender solo o acompañado:
https://www.youtube.com/watch?v=NkK_qLdfrk4
7 reflexiones necesarias antes de emprender con un socio
A continuación, compartiré contigo una serie de preguntas que debes hacerte antes de formar una unión empresarial.
Son cuestiones de suma importancia, ya que diferir en determinadas áreas implicará, casi con total seguridad, un rotundo fracaso en el largo plazo:
- ¿Tenéis la misma ética en el trabajo? Es decir, ¿tu compañero es capaz de irse a hacer surf mientras tú te quedas calculando una estructura para llegar a la entrega?
- ¿Tenéis la misma visión, o podrían a competir entre ellas?
- ¿Eres precavido y quieres crecer lentamente mientras que tu socio quiere adueñarse del mundo y hacerlo rápidamente?
- ¿Quieres montar un estudio internacional mientras que tu socio está aquí para pagar las facturas y poco más?
- ¿Tenéis una personalidad similar?
- ¿Eres individualista? ¿Prefieres hacer las cosas a tu manera o eres capaz de trabajar en equipo?
- ¿Confiarías tu vida a esta persona?
El hecho, es que las personas se unen habitualmente por las razones equivocadas. Algunos simplemente no han nacido para emprender y deberían conseguir un empleo por cuenta ajena.
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El caso es que, al igual que el 80% de las PYMES fracasan en sus primeros 5 años (sobre todo porque no nacieron para responder a una necesidad del mercado), la mayoría de las sociedades se forman bajo una falsa premisa: Diversificación del riesgo y el esfuerzo.
Es decir, la mayoría de los socios no buscan la sinergia, lo que quieren es:
- No jugárselo todo ellos a una carta.
- No asumir todo el gasto.
- Trabajar el 50%.
- Y, por supuesto, evitar la posibilidad de admitir que han fracasado sin tener a nadie con quien compartir la responsabilidad.
Así, casi siempre se busca un socio para dividir la carga al 50%.
Pero me temo que la vida no son matemáticas.
Si no se escoge bien, la sociedad se terminará desequilibrando, y eso es lo que genera resentimiento.
¿Pueden funcionar las alianzas con otros socios?
Por supuesto, las alianzas pueden funcionar, al igual que muchos matrimonios funcionan.
Sin ir más lejos, nuestros amigos de Stepienybarno, Lorenzo y Agnieszka, son un ejemplo de emprendimiento en pareja en el mundo de la arquitectura, concretamente en el ámbito digital.
Otro caso de éxito son los compañeros de Feel like an architect, todo un ejemplo de sinergia y colaboración.
En cualquier caso, si quieres emprender con socios, asegúrate de:
1.- Sentar unas buenas directrices al principio, y que se cumplan.
2.- Y, sobre todo, sé consciente de con quién te estás comprometiendo.
Mucho ojo con este segundo punto, ya que haber pasado las últimas 3 semanas bebiendo con tu compañero de piso de la universidad… podría no ser suficiente para certificar que sois compatibles.
Y es que… ¿Te casarías con alguien 3 semanas después de conocerle?

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Hola Carlos y lectores del blog!
Gracias por este buen artículo!
Yo también tuve una mala experiencia asociándome con amigos de la carrera,… Qué pena.
Basándome en mi experiencia, recomiendo (en general) emprender en solitario. Cada persona tenemos una visión distinta de la profesión, de la vida misma, una situación familiar,…
En caso de buscar un socio/a, es mejor que sean, como decía Carlos, perfiles muy distintos, e incluso me atrevería a decir profesiones distintas, pero complementarias, de forma que cada uno aporte su parte diferenciadora a la sociedad.
Conozco un caso de un compañero que se asoció con un Químico, y estuvieron un tiempo realizando nuevas patentes para productos de construcción. Uno ponía la parte «científica» y el otro conocía el mundillo de la construcción,… Fue una buena sinergia.
Conclusión: Como decía recomiendo empezar en solitario, e ir encontrando poco a poco la trayectoria personal de cada uno. Ya habrá tiempo de asociarse, si se quiere, cuando tengamos las ideas más claras.
Hola Gabriel!
Nos alegra mucho que participes en el blog!
Tremenda experiencia esa de asociarse con un químico, eh?
Gracias por tu apoyo.
Muy interesante. Por el momento con el nivel de trabajo que va saliendo puedo funcionar en solitario.
Saludos cordiales
Hola Joan,
Cómo vaya viniendo vamos viendo! Sigue adelante.
Qué buen artículo y cuanta razón! Es clavado a la realidad lo que cuentas. O se determinan muy claramente y por escrito las funciones de cada uno o el futuro de esa sociedad está destinada al fracaso.
Hola! Gracias por el apoyo! Nos alegra que te guste el articulo!
Es así!
Estimado Carlos
Un cordial saludo
Soy Cesar Amangandi profesional en la carrera de ingeniería en construcción me comunico desde Quito – Ecuador, leí su post y me pareció muy interesante ya que me doy cuenta que por medio de sus publicaciones trata de que el mundo entero pueda obtener diferentes tipos de información ,mas que todo es una excelente idea debido a que las personas incluidas en esta carrera cada día necesitamos información acerca del tema y usted lo a echo muy relevante para todas las personas de su alrededor.Me encantaría poder compartir toda esta información de su blog en una de mis paginas web espero que sea de su agrado.
Muchas Gracias.
Hola Cesar, nos alegra mucho que te guste el blog, esperamos que te sea de mucha utilidad!
Saludos!
Hola Carlos, ha sido un post interesante para hacernos reflexionar.
Estoy de acuerdo en que hay que pensárselo mucho antes de asociarse, y tener en cuenta ciertas variables, porque no es fácil encontrar a alguien compatible para emprender juntos.
Mientras aparece esa persona, que en muchas ocasiones se presenta de forma natural, si queremos emprender lo tenemos que hacer en solitario. En este punto surgen una serie de cuestiones como son: ¿Es viable, en la situación actual, un estudio de arquitectura unipersonal? ¿Cómo se empieza en solitario, más allá de darse de alta como autónomo? ¿Su gestión sería igual a la de una empresa mayor? ¿Cuándo empezar a contratar y delegar? ¿Hay casos de éxito que nos puedan servir de referente? de momento no conozco ninguno, pero tiene que haberlos ¿no?.
Bueno son cuestiones que en muchas ocasiones nos bloquean o retrasan para dar el paso a emprender en plan llanero solitario.
Gracias por tus post y espero encontrar algunas respuestas leyéndolos.
Que tal todos?
Descubri yosoyarquitecto hace un par de semanas y me he hecho fanatico.
Soy arquitecto en Argentina y tengo junto a mi hermano gemelo, tambien arquitecto, un estudio en una ciudad a las afueras de Buenos Aires.
En un principio trabajamos independientemente por diversas circunstancias y finalmente, hace 5 años, consolidamos el estudio.
Pudimos crecer en cantidad y calidad de obras y clientes.
Pero llegamos a un limite y no podemos crecer mas.
Nos dimos cuenta de dos cosas:
1. No por tener tu propio estudio eres un profesional independiente
2. No alcanza con tener un socio incondicional por mas complementario que sea
Hoy somos autoempleados de nuestro propio estudio y producimos en función al tiempo que dedicamos.
Nos conocemos muy bien, compartimos visión y objetivos, nos complementamos, etc.
Pero funcionamos en paralelo. Todavia 1+1 nos da 2. Los engranajes acoplan pero no podemos darle velocidad a la maquina.
Los dos tenemos un perfil mas tecnico que comercial.
Sentimos que nos falta un estratega.
El año pasado decidimos revisar todo y cambiar.
Y por lo pronto, antes de incorporar a alguien más, salir a buscar eso que nos falta. Aprender lo que no sabemos.
Pero todo el tiempo me pregunto: que hubiera pasado si Wozniak, con mi misma lógica, se ponia a estudiar diseño y marketing?
Y una respuesta que me gusta es que cada uno tiene diferentes inquietudes en diferentes momentos de la vida.
Creo que hoy prefiero tomar un poco de distancia, y para poder hacerlo, necesito otras herramientas.
Esa es mi motivación.
Saludos colegas!
Y a su disposición para lo que necesiten.
Hola compañero! Gracias por aportar valor al post compartiendo parte de tu historia y experiencias… estoy seguro de que serán muy útiles a los lectores del blog!
Un fuerte abrazo
Muy buen artículo y muy útil para los que se encuentren esta situación tan complicada.
Hola Marta, si estás en esa encrucijada y después de leer el artículo te puedo ayudar en algo más, por favor, no lo dudes, escríbeme a carlos@yosoyarquitecto.com
Seguimos en contacto Marta, un abrazo!
Carlos
Buenas noches Carlos!
Te cuento que lei tu nota y me parecio genial… sobre todo leyendo las experiencias y la nota de Laura Ribas que es una genia y hacia bastante que no la escuchaba.
Yo soy arquitecta y la verdad que me va muy bien… tengo buenos proyectos y clientes no me faltan… pero estoy en la encrucijada si asociarme o no tbn porque me siento que llegue hace 3 años y medio a un techo y estoy cansada de rebotar en el… le busque opciones, subcontrate dibujantes, me falta la parte de obra a la cual soy muy dedicada y me encanta, pero quiero hacer otras cosas relacionadas a los negocios y tener mas tiempo para diseñar… todo no puedo hacer evidentemente… sumado a que tengo mi familia y me encanta el deporte… Ademas de tener una video escuela online donde enseño decoración y Feng Shui.
Mañana tengo una reunion con mi coach para poner mas luz sobre este tema… desde ya te agradezco si tenes algunos lineamientos mas para que me puedan orientar y ver si sigo como unipersonal contratando mas gente o si me asocio a una persona complementaria…
gracias!!
Andrea
Hola Andrea,
Imaginamos que ya a estas alturas has debido tomar decisiones en tu negocio.
En primer lugar gracias por compartir con nosotros tu experiencia, tu testimonio será un estupendo balón de oxigeno para muchos compañeros de profesión, ¡Sí se puede!
Nos gustaría dejarte por aquí una lectura por si te ayuda: ¿Emprender un estudio de arquitectura en solitario o con socios? – [Mi cruda experiencia]
Saludos y muchos éxitos,
Carolina Equipo de Carlos Montilla